Trauma psicológico: su tratamiento
A lo largo de nuestro proceso vital se producen crisis que interrumpen el fluir normal de nuestra propia historia.
Estas crisis pueden ser evolutivas, las cuales son previsibles ya que están relacionadas con las etapas vitales naturales, o bien pueden acontecer circunstanciales especiales, sobrevenidas e inesperadas. Ambas interrumpen nuestra trayectoria vital generando cambios en nuestro equilibrio emocional y a veces en nuestra salud.
De la modo forma de traspasar estas crisis, dependerá la reorganización de nuestra salud y equilibrio emocional y, por tanto, de que nuestra vida pueda seguir siendo satisfactoria o nos quedemos atascados y con sufrimiento.
El concepto de la crisis no solamente contiene un componente patológico, lo cual no significa que pueda ir acompañada de un profundo dolor, sino que también es una oportunidad de crecimiento y desarrollo. Por lo tanto implican una oportunidad de reorganizarnos pudiendo dotar a nuestra vida de nuevos sentidos. Como me decía Fritz Perls, padre de la Terapia Gestalt, la vida no es sólo vino y rosas.
En estas experiencias y su afrontamiento, crece nuestro autoconocimiento personal. No obstante, no estamos negando que sean situaciones dolorosas que muchas veces desearíamos no atravesar o que no existieran, ya que caer en un positivismo exagerado tampoco nos ayudaría.
No obstante, no queda más remedio que atravesar estas situaciones y seguir creciendo, difícilmente podemos hacer esto solos. Muchas veces en el dolor nos aislamos y esto no hace sino acrecentar el dolor, un acompañamiento adecuado en estas situaciones hace que sea más complicado quedarse atrapado. Si bien la red social, tener vínculos saludables y respetuosos, va a ser un claro factor protector, un acompañamiento profesional puede ser un gran apoyo. Que nos acompañe un profesional respetuoso, con amplia formación y entrenamiento en traspasar estas situaciones, es un apoyo inestimable.
Por lo tanto, en situaciones de crisis derivadas de situaciones como: perdidas de seres queridos, accidentes, traumas, agresiones, acosos, mobbing, bullyng, rupturas sentimentales, o quizá algún estancamiento en una crisis natural en la vida como el paso de la adolescencia a la juventud, la paternidad o maternidad, jubilación… el acompañamiento y proceso terapéutico con un profesional especializado puede ayudarnos a no quedarnos enganchados al dolor y seguir avanzando por el camino de la vida.